Es un hecho innegable que el Hombre desde que apareció en la faz de la Tierra ha estado estado expuesto a los caprichos de las condiciones meteorológicas.
Incluso en varias ocasiones esas condiciones habrían influido en el curso de su historia.
Por ejemplo los vientos fuertes del Canal de la Mancha en el año 1588 habrían impedido que la Armada Invencible española invadiera Inglaterra.
Una niebla espesa habría salvado a Gerge Washington de ser derrotado para siempre por los ingleses en la batalla de Long Island en 1776.
Una fuerte tormenta de granizo que destruyó la mayor parte de los cultivos franceses habría agravado la crisis económica de Francia, lo que finalmente habría llevado a los hechos de la Revolución Francesa.
El crudo invierno ruso habría confabulado contra los planes de Carlos XII , rey de Suecia, en 1709, Napoleón Bonaparte en 1812 y Adolf Hitler en 1941 en sus afanes de conquistar Rusia.
La nubosidad mínima y las condiciones óptimas del tiempo habrían sido factores claves para el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre Hiroshima en 1945 y que por el contrario la nubosidad excesiva habría salvado a la ciudad de Kokura de convertirse en un segundo blanco de ataque de Estados Unidos, en desmedro de Nagasaki donde finalmente caería la segunda bomba atómica.
Y asi se podrían mencionar muchos otros hechos que no harían otra cosa que confirmar la influencia de las condiciones meteorológicas en la Historia del Hombre.

Napoleón abandona Rusia, porque no soporta las duras condiciones del invierno ruso.
|